miércoles, 18 de abril de 2012

Vestida de coraje.


Hoy me he vestido de coraje.
Me he calzado con seguridad.
Me he pintado una sonrisa en la cara
y he usado tranquilidad como fondo de maquillaje.
He desayunado una gran taza de valor.
Me he armado con un paraguas de frialdad como escudo
y me he puesto mis gafas con cristales opacos para
no ver la felicidad ajena.

Me miro en el espejo una ultima vez
y no me reconozco bajo tanta capa de falsa serenidad.
Aparento todo lo contrario a como me siento,
pero aunque no me gusta lo que veo, me obligo a alzar la barbilla
y a cuadrar los hombros.
Solo entonces, salgo al mundo y finjo.

Finjo estar bien.
Finjo tener el valor necesario para seguir adelante.
Finjo que la serenidad y la sonrisa son genuinas.
Finjo que la patina de tranquilidad que enmascara mis
sentimientos no me irrita la piel.
Finjo para mi misma que no siento como, a lo largo del día,
van apareciendo finas y alargadas grietas en mi estudiada pero imperfecta armadura.
Finjo que me importa que el mundo siga girando.
Finjo que me importa seguir viva.

Tamara Agudo.

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